Nace en La Guaira (Edo. Vargas) en 1759, Capitán retirado del cuerpo de granaderos de las milicias de infantería regulares de Caracas, quien junto a José María España y el revolucionario español Juan Bautista Picornell, planeó en 1797 una insurrección contra el gobierno colonial de Venezuela, conocida también como Conspiración de Gual y España. Fueron sus padres el coronel Mateo Gual y Josefa Inés Curbelo e Ibieta. De acuerdo con el testimonio de sus compañeros de armas, poseía una gran cultura general, ya que entre otras cosas dominaba el francés y el inglés, además de ejecutar el violín con maestría. Aunque vivía alejado de Caracas, frecuentemente viajaba a dicha ciudad y al puerto de La Guaira, donde se reunía con amigos. En estas reuniones periódicas se fue preparando el plan conspirativo, que tuvo a Gual como comandante militar del movimiento y presidente de la República por establecer. En este sentido, fue él quien diseñó la bandera que habría de adoptarse y el plan general militar y político a implementarse.
El 15 de julio de 1797, la conspiración fue debelada, siendo designado Antonio Fernández de León para que se trasladara a la hacienda de Gual en Santa Lucía, con la finalidad de incautar los papeles relacionados con la insurrección y para traerlo preso a Caracas. Gual quien había sido advertido a tiempo por un recado que le envío su hermano, se trasladó en secreto a Caracas y de ahí a La Guaira, donde supo que José María España había logrado huir hacia los montes de Uria y luego a Los Caracas. En Camurí Chico se encontraron Gual y España, quienes se embarcaron juntos para Curazao. En esta isla fueron recibidos por los hermanos Manuel y Felipe Piar, curazoleños que días antes habían sido expulsados de La Guaira por simpatizar con la revolución. También en este lugar recibieron la ayuda y protección del gobernador inglés Thomas Picton, para adiestrar voluntarios en el islote de Gasparín. No obstante, estuvo de acuerdo con Picornell cuando éste se opuso al proyecto de España de trasladarse a La Guaira para encausar la asonada desde un escondite, lo cual era un suicidio. La posterior captura y ejecución de España, les daría la razón. Tiempo después, Gual comienza un cruce de cartas con Francisco de Miranda, en las cuales combinan planes para la independencia de Venezuela. Desde Londres Miranda le envió a Gual varios ejemplares de la Carta a los españoles americanos de Juan Pablo Viscardo para que la hiciera circular, a la vez que lo previene respecto a la sinceridad del gobernador Picton.
Poco a poco la situación de Gual se hizo más difícil, ya que las autoridades españolas estrecharon el cerco en torno a su persona. Espías al servicio de la Corona lo vigilan noche y día, por lo que tiene que adoptar el nombre de "monsieur Bourdon" para disfrazar su identidad. A principios de 1800 su salud se ve muy afectada por problemas intestinales, pero se sobrepone a ellos para viajar a Saint Thomas en busca de armas y de voluntarios que quieran participar en sus proyectos. Sin embargo, sólo consigue 2 jóvenes que lo acompañan a Trinidad. Aunado a esto se suma la frialdad de Picton con la que empezó a tratarlo y con los obstáculos que comenzó a poner en su camino. En septiembre de 1800, un amigo y compañero de causa, de nombre Juan Monaira, muere en circunstancias extrañas, llegando a circular el rumor de que había sido envenenado por un espía español; lo cual probablemente también le ocurrió a Gual el 25 del mes siguiente. La hipótesis sobre el envenenamiento de Gual, cobra fuerza ya que tiempo después de su muerte, un sargento de apellido Valecillos, supuestamente español, quien actuaba como espía de los realistas y había logrado hacerse amigo de Gual, llegó a Caracas atribuyéndose su envenenamiento, por lo que fue recompensado con dinero por el gobernador y capitán general Manuel Guevara Vasconcelos, y posteriormente con el grado de capitán por parte de la Corona española.
El 15 de julio de 1797, la conspiración fue debelada, siendo designado Antonio Fernández de León para que se trasladara a la hacienda de Gual en Santa Lucía, con la finalidad de incautar los papeles relacionados con la insurrección y para traerlo preso a Caracas. Gual quien había sido advertido a tiempo por un recado que le envío su hermano, se trasladó en secreto a Caracas y de ahí a La Guaira, donde supo que José María España había logrado huir hacia los montes de Uria y luego a Los Caracas. En Camurí Chico se encontraron Gual y España, quienes se embarcaron juntos para Curazao. En esta isla fueron recibidos por los hermanos Manuel y Felipe Piar, curazoleños que días antes habían sido expulsados de La Guaira por simpatizar con la revolución. También en este lugar recibieron la ayuda y protección del gobernador inglés Thomas Picton, para adiestrar voluntarios en el islote de Gasparín. No obstante, estuvo de acuerdo con Picornell cuando éste se opuso al proyecto de España de trasladarse a La Guaira para encausar la asonada desde un escondite, lo cual era un suicidio. La posterior captura y ejecución de España, les daría la razón. Tiempo después, Gual comienza un cruce de cartas con Francisco de Miranda, en las cuales combinan planes para la independencia de Venezuela. Desde Londres Miranda le envió a Gual varios ejemplares de la Carta a los españoles americanos de Juan Pablo Viscardo para que la hiciera circular, a la vez que lo previene respecto a la sinceridad del gobernador Picton.
Poco a poco la situación de Gual se hizo más difícil, ya que las autoridades españolas estrecharon el cerco en torno a su persona. Espías al servicio de la Corona lo vigilan noche y día, por lo que tiene que adoptar el nombre de "monsieur Bourdon" para disfrazar su identidad. A principios de 1800 su salud se ve muy afectada por problemas intestinales, pero se sobrepone a ellos para viajar a Saint Thomas en busca de armas y de voluntarios que quieran participar en sus proyectos. Sin embargo, sólo consigue 2 jóvenes que lo acompañan a Trinidad. Aunado a esto se suma la frialdad de Picton con la que empezó a tratarlo y con los obstáculos que comenzó a poner en su camino. En septiembre de 1800, un amigo y compañero de causa, de nombre Juan Monaira, muere en circunstancias extrañas, llegando a circular el rumor de que había sido envenenado por un espía español; lo cual probablemente también le ocurrió a Gual el 25 del mes siguiente. La hipótesis sobre el envenenamiento de Gual, cobra fuerza ya que tiempo después de su muerte, un sargento de apellido Valecillos, supuestamente español, quien actuaba como espía de los realistas y había logrado hacerse amigo de Gual, llegó a Caracas atribuyéndose su envenenamiento, por lo que fue recompensado con dinero por el gobernador y capitán general Manuel Guevara Vasconcelos, y posteriormente con el grado de capitán por parte de la Corona española.
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